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#Cuba Amanecer con alas y horizonte, desde la Redacción del diario @14ymedio
‘Che’ Guevara, el mito desteñido - EL PAIS - 14.1.2018
Hace casi cuatro décadas, cuando aprendía el abecedario, me tocó decir mi primera consigna política, la misma que repiten todavía cada mañana miles de niños cubanos: “Pioneros por el comunismo, seremos como el Che”. Con la diferencia de que hoy la figura del guerrillero está muy cuestionada en muchas partes del mundo, menos en Cuba.
El hombre que posó para tantos fotógrafos, que quedó inmortalizado en un retrato con boina y mirada perdida, no está superando bien el juicio de la Historia. En estos tiempos, en que la violencia y la lucha armada son cada vez más reprobadas públicamente, emergen los detalles de sus desmanes y las víctimas de aquellos años comienzan, finalmente, a ser escuchadas.
Ernesto Guevara, el argentino que ha cautivado a cineastas, escritores y periodistas, no atraviesa un buen momento. Poco importa si su rostro sigue reproduciéndose en infinidad de camisetas, banderas o ceniceros en todo el planeta, porque su mito se destiñe en la medida en que se conoce más al personaje que realmente fue. La verdad sale a flote mientras él se hunde. A este deterioro contribuye también la mercantilización sin medida que se ha apoderado de esa imagen con barba rala y ceño prominente. La voracidad material de sus herederos, el inescrupuloso uso que han hecho sus propios compañeros de batalla de su nombre y la frivolidad de los consumidores de reliquias ideológicas agregan ácido corrosivo a su leyenda.
El Che se ha convertido en un negocio, en un buen negocio para los nostálgicos que escriben libros sobre esas utopías que tanto faltan hoy. Son textos para endiosar a un hombre que hubiera perseguido a buena parte de sus actuales admiradores por llevar un piercing en la nariz, pelo largo o un residuo de marihuana en el bolsillo.
Como ironía de la vida, el culto guevariano se extiende entre gente que nunca hubiera podido encajar en el estricto molde que el argentino diseñó para el “hombre nuevo”. Ese individuo debía moverse por “el odio como factor de lucha” y saber convertirse en una “selectiva y fría máquina de matar” llegado el momento, según advirtió en su último mensaje público en 1967.
¿En qué pueden parecerse el Che y esos pacifistas, ecologistas o antisistemas que hoy lo veneran? ¿Cómo encajan quienes dicen querer mayores espacios de libertad para el ciudadano con un hombre que ayudó a someter a toda una sociedad a los designios de unos pocos? ¿En qué punto se conecta ese idealismo con un señor que quiso cambiar América Latina desde la mirilla de un fusil?
La temprana muerte de Guevara y el no haber envejecido en el poder no son elementos suficientes para sostener su leyenda. Los biógrafos complacientes que retocaron cada pasaje de su vida han contribuido a su endiosamiento, y también sus viejos compañeros de ruta necesitados de un “mártir” para el panteón de los revolucionarios, de un John Lennon sin guitarra o de un Jesús sin corona de espinas.
En octubre de 2016 la imagen adusta de Che Guevara que había señoreado por más de 30 años en la plaza principal de la niversidad Nacional de Bogotá, en Colombia, desapareció del muro del auditorio León de Greiff. El borrado de aquel rostro provocó una agria controversia entre los estudiantes y poco después el grupo de simpatizantes del argentino terminó por volver a pintar el mural.
El encontronazo puso en evidencia algo más que las diferencias ideológicas de los estudiantes: mostró el choque de dos tiempos. De un lado, un momento en que Guevara era visto como un libertador latinoamericano que, subido en su moto o empuñando su arma, representaba una figura quijotesca dispuesta a enfrentar los molinos imperialistas. Del otro, una época en que se ha llegado a comprobar el fracaso del modelo que el guerrillero quiso imponer.
No hay mentís más rotundo al hombre que en la Sierra Maestra alcanzó los grados de comandante que el rancio totalitarismo en que derivó la Revolución Cubana. Ningún golpe contra su imagen ha sido tan duro como la deriva prosoviética que tomó Fidel Castro tras la muerte del Che y las posteriores “concesiones” al mercado que debió hacer cuando el subsidio del Kremlin se acabó abruptamente.
El pasado año, justo cuando se cumplía medio siglo de la muerte de Guevara en Bolivia, la Fundación Internacional Bases, de corte liberal, comenzó una campaña de recolección de firmas en la plataforma Change.org para eliminar todos los monumentos y otros homenajes al Che en la ciudad de Rosario, donde nació. La ONG argentina lo llamó heredero del “legado asesino del comunismo”. Más de 20.000 personas han firmado la demanda.
A finales de diciembre pasado la polémica llegó hasta Francia cuando el Ayuntamiento parisiense, gobernado por la alcaldesa socialista de origen español Ana Hidalgo, albergó la exposición Le Che à Paris. Varios intelectuales y académicos firmaron una carta de protesta escrita por el periodista y exiliado cubano Jacobo Machover en la que exigían la retirada inmediata de la muestra.
El autor del libro La cara oculta del Che contó en su misiva varias de las facetas más escamoteadas en las historia oficial. Guevara “asistía a los fusilamientos” llevados a cabo tras juicios sumarios en el primer año de la Revolución y “los cubanos, que le temían, lo llamaron el carnicerito de La Cabaña”. En 1964, desde la tribuna de Naciones Unidas se vanaglorió de sus actos: “Hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando mientras sea necesario.
Hidalgo respondió con un mensaje en la red social Twitter que calentó aún más los ánimos y en el que aseguró que “la capital rinde homenaje a una figura de la revolución convertida en icono militante y romántico”. La alcaldesa parisiense cerró su trino con un emoticono en forma de puño cerrado, a la vieja usanza revolucionaria. Con su gesto, Hidalgo se sumó a una de las más elaboradas campañas publicitarias surgida del laboratorio castrista, una en la que se distorsiona el pasado y se ensalza a Guevara, mientras se esconde la extensa crueldad que cabía en su persona.
Para varias generaciones de cubanos que hemos repetido desde muy temprana edad el compromiso de ser “como el Che”, todas estas polémicas vienen a ser como una sacudida. Las bofetadas que nos sacan del estado hipnótico que traen la ignorancia y el adoctrinamiento cuando se conjugan. Sin embargo, el golpe más demoledor que he presenciado a la figura del llamado “guerrillero heroico” vino de un compatriota. En medio de una fiesta habanera un joven universitario se percató de que el invitado alemán estaba
vestido con una de esas camisetas con la famosa instantánea que tomó el fotógrafo Alberto Korda.
“Igual te podrías poner una camiseta con el rostro de Charles Manson”, dijo el estudiante al turista, y la frase quedó flotando en el aire mientras la música parecía detenerse. Risas nerviosas y silencio. Nadie defendió a Che Guevara.
Generation Y http://www.14ymedio.com/blogs/generacion_y/
Generation Y - Version française
http://desdecuba.com/generaciony_fr/
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Receta para olvidar a Fidel Castro - Generación Y - 13-8-16
http://www.14ymedio.com/blogs/generacion_y/Receta-olvidar-Fidel-Cas...
Enciendo la radio y un locutor declama un breve titular: "Fidel Castro, el Gran Constructor". El hombre explica que las más importantes obras del país han salido de esa cabeza que durante décadas cubrió una gorra verde olivo. Cansada de tanto culto a la personalidad, me decido a ver la televisión, pero en el canal principal un abogado detalla el legado jurídico del Máximo Líder y al terminar el programa anuncian un documental sobre "el Invencible Guerrillero".
La propaganda oficial sabe que los pueblos muchas veces apelan a la memoria a corto plazo como una forma de protegerse. Para muchos jóvenes, Fidel Castro resulta ya tan remoto como un día lo fue para mi madre el dictador Gerardo Machado, que a principios del siglo pasado marcó tan negativamente la vida de la generación de mi abuela. Ningún país puede vivir con la vista fija hacia un solo hombre, así que el desenfoque y la distracción se ha interpuesto entre el ex primer secretario del Partido Comunista y la población de la Isla.
Los detractores de "Él", como lo llaman simplemente muchos cubanos, preparan los argumentos para desmontar su mito. Aguardan el momento en que los libros de historia lo dejen de homologar con José Martí y hagan sobre su trayectoria un análisis descarnado, frío, objetivo. Son esos que sueñan con la era post Castro, con el fin del fidelismo y con la diatriba que caerá sobre su controvertida figura.
Los más, sin embargo, simplemente pasan la página y encogen los hombros en señal de hastío cuando escuchan su nombre. Son los que, por estos días, apagan la televisión y fijan la vista en una cotidianidad que niega cada palabra que Fidel Castro dijera en sus encendidas alocuciones, en aquellos tiempos en que planificaba construir la utopía y hacernos hombres nuevos.
Ellos, los cansados de su omnipresencia, son los que le darán el puntillazo final al mito. Lo harán sin algarabía ni actos heroicos. Simplemente dejaran de hablar de él a los hijos, no colgará las fotos en que se le ve con fusil y charretera en las salas de sus casas, ni nombrarán a sus nietos con las cinco letras de su nombre.
VIDEOS
Yoani Sánchez habla sobre Fidel Castro
https://www.youtube.com/watch?v=5D7cUHsHQ9Y
La Otra Mirada - Yoani Sánchez en Chile
https://www.youtube.com/watch?v=H4qUleeCIJ0
¿Cómo es vivir en Cuba? por Yoani Sánchez
https://www.youtube.com/watch?v=qlHCgkzDqeY
Interviews y Videos sobre Yoani Sanchez
Del susurro, al grito de Tatlin
Los participantes de aquella primera edición del Susurro de Tatlin en La Habana, nunca olvidaremos ese minuto de libertad frente al micrófono que nos costaría años de insulto oficial. La propuesta de reeditar la acción performática, pero esta vez en la Plaza de la Revolución, nos trajo invariablemente los recuerdos de esa noche en el centro Wifredo Lam y la esperanza de que esta vez los micrófonos estuvieran abiertos para un mayor número de cubanos. Confieso que llegué a meditar en dónde sería mejor levantar el podio, colocar a los actores vestidos de verde que regularían el tiempo de alocución de cada cual y cómo se vería la paloma, con su revoleteo sobre el hombro de cada orador.
En esa conversación le dije que “ya el performance está hecho; la acción artística se ha logrado”, pues con su propuesta Bruguera había develado el entramado de censura, cobardía cultural y represión que inmoviliza la vida cubana. Muchos de sus amigos artistas habían declinado acompañarla, algunos conocidos la habían llamado a ceder y a trasladar el Susurro de Tatlin hacia el interior de una institución y otros más comprometidos le advirtieron que existía un plan para “abducirla de la Plaza”. Desde la madrugada comenzó la danza macabra de los arrestos y la intimidación.
Damas de Blanco, activistas, periodistas y disidentes fueron encarcelados o impedidos de salir de sus casas. Los móviles de muchos comunicadores cortados, los mensajes de sólo textos cancelados y el acceso al correo electrónico Nauta restringido. En un susurro, fue saliendo la información de lo que ocurría. El equipo de 14ymedio sufrió con dureza el golpe, al tener dos reporteros y un colaborador detenidos y nuestra redacción bajo un operativo por horas. La lista de los encarcelados va creciendo en la medida en que las comunicaciones vuelven a funcionar y nos vamos llamando unos a otros, para actualizarnos.
Pero el susurro se transformó en el grito Tatlin. Ese que ahora se escucha a través de las líneas telefónicas, en Twitter, a las afueras de las unidades policiales, donde los familiares reclaman pasar el último día del año junto a los suyos. No lleva micrófono, ni paloma blanca, tampoco es un minuto de libertad sino largas horas de sufrimiento y desazón.
Tania, entre todos aquellos escenarios que proyectamos, faltaba este. Tú en la cárcel y desde allí, vestida con el uniforme gris de presa, hiciste la más contundente e inolvidable de tus acciones artísticas. La Plaza está hoy en cada uno de nosotros.
Referencias: Video - El Susurro de Tatlin #6 - El Susurro de Tatlin 5
Esta obra es la #5 de la serie El Susurro de Tatlin cuyo trabajo examina las relaciones de apatía y anaestetización con respecto a las imágenes utilizadas en los medios masivos de información. En esta serie se trata de activar imágenes, conocidas a través de su recurrencia en la prensa, al de-contextualizarlas del evento original que dio paso a la noticia y escenificarlas del modo más realista posible dentro de una institución artística. El elemento más importante de esta serie es la participación del espectador quien puede determinar el curso que tome la obra. La idea es que la próxima vez que ese espectador se encuentre ante una noticia que utilice imágenes similares a la que él experimentó pueda advertir una cierta empatía personal hacia ese evento distante y ante el cual tendría normalmente una actitud de desconexión emocional o de saturación informativa. La vivencia del público dentro de la obra permite que comprenda la información a otro nivel y que se apropie de ella porque la ha vivido.
Autosabotaje - Video Conferencia-Performance
Tania Bruguera y su ‘arte útil’ son acusados de desorden público po...
Professeurs émergents et formation instantanée
La réunion fut sobre ; divers représentants locaux du Ministère de l’Education étaient présents. Une rumeur se répandait parmi les parents, assis sur les mêmes chaises en plastique que celles que leurs enfants utilisent chaque matin. Comme nous étions proches de la date à laquelle on annonce les admissions en deuxième cycle du secondaire, on s’attendait à ce que nous soit donné à cette réunion le nombre de places d’enseignement pré-universitaire ou d’enseignement technique allouées à cet établissement scolaire pour la poursuite des études. La nouvelle de la fin des « professeurs d’enseignement général» nous prit donc par surprise, car nous avions fini par croire que leur existence se prolongerait jusqu’à la puberté de nos arrières petits enfants.
La préparation d’adolescents en formation accélérée, pour dispenser des cours allant de la grammaire aux mathématiques, a fait la preuve de son échec fracassant. Non à cause de la jeunesse qui est toujours bienvenue dans n’importe quelle profession, mais à cause de la rapidité de leur formation au magistère, et du peu d’intérêt que beaucoup portaient à une si noble activité. Face à l’exode de professionnels de l’éducation vers d’autres secteurs plus lucratifs, on a créé le programme des maîtres émergents et avec lui la qualité de l’éducation cubaine, déjà malmenée, a fini de s’effondrer. Les enfants arrivaient à la maison en disant qu’en 1895 Cuba avait connu une « guerre civile » et que les figures géométriques avaient quelque chose appelé « voldes » que les parents traduisaient par « bordes* ». Je me souviens en particulier d’un de ces éducateurs instantanés qui confessa à ses élèves le premier jour de classe : « travaillez bien pour qu’il ne vous arrive pas la même chose qu’à moi, qui ai fini professeur d’école faute d’avoir eu de bonnes notes. »
Pardessus cela, les télé-classes ont fini, par l’intermédiaire d’un écran froid, sans interaction possible, par occuper un pourcentage important des horaires scolaires. L’idée était de compenser, avec ces matières enseignées par la télévision, le peu de préparation de ceux qui se trouvaient face aux étudiants. Le télé-professeur se substituait dans beaucoup d’écoles à l’enseignant en chair et en os, pendant que les salaires du corps enseignant augmentaient symboliquement, sans jamais dépasser l’équivalent de 30 dollars mensuels. Plus qu’un sacerdoce, enseigner était devenu un sacrifice. C’est pourquoi on vit apparaître devant le tableau noir des personnes qui ne maîtrisaient ni l’orthographe, ni l’histoire de leur propre pays. C’étaient des jeunes qui signaient un contrat pour devenir maîtres, et le regrettaient déjà après la première semaine de travail. Les incidents et les déformations éducatives que ce processus a apportés avec lui sont écrits dans le libre occulte de l’échec des plans révolutionnaires et des annonces ridicules d’objectifs de production qui ne s’accomplirent jamais. Sauf qu’en l’espèce, nous ne parlons pas de tonnes de sucre ou de quintaux de haricots mais de la formation de nos enfants.
Je respire, soulagée que soit terminée la longue expérimentation de l’éducation émergente. Je ne vois cependant pas poindre le jour où toutes les personnes ayant une reçu une préparation pour enseigner abandonneront le volant du taxi, le comptoir du bar ou les travaux domestiques fastidieux pour revenir dans les classes. Au moins je me sentirais plus tranquille si au lieu de l’écran d’un téléviseur Teo pouvait recevoir tous ses cours d’un maître bien vivant et qui domine le contenu. Je crois que pour cela il nous faudra
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